ESTO NO ES UNA CRISIS

Hace algunos meses atrás decidí ya no escribir sobre mí, con el propósito de liberar un poco la frigidez de mi imaginario. Sin embargo, las palabras me organizan y hoy las necesito más que nunca porque estoy pasando una crisis, quizás la más terrible y desgarradora de mí vida: QUIERO ABANDONAR LA MAESTRIA (¡Que nerdada!) Estoy cansada, o más bien estancada. Ya no va ni un mes de clase y mi maldita profesora de seminario de investigación quiere el tema y el estado de la cuestión de mi tesis, a empujones, no lo soporto, no puedo trabajar así, estilo capítulo de 24. Yo por supuesto, estoy desorientada. No porque no tenga tema, bueno en parte sí, sino porque en la búsqueda me di cuenta que hacía rato le había perdido el sentido a todo esto. No me importa quien hizo, quien dijo y quien dejo de hacer. En un abrir y cerrar de ojos esta cuestión me parece estúpida, agotadoramente estúpida. Estoy hablando en serio, no me importa. Leo porque me gusta vestir la piel de otra gente y no buscarle el sentido. Dejarme llevar. La vida a veces me parece así. Me gusta perderme en las palabras que otros ingeniosamente se atrevieron a juntar y nada más. Ahora estoy en una encrucijada mortal (Wao con que seriedad se toma el asunto). No soy de las que dejan las cosas a medias. Culminé los cursos requeridos con cuatro puntos, con cuatro puntos que hoy no me sirven para nada. Siento que me estoy ahogando en una estupidez, pero acaso no son las estupideces las que nos hacen crecer, o eso fue lo que escuché o lo que quiero creer. Que inmadurez. En fin, yo estoy a punto de cometer una y bien grande. Me provoca miedo, terror, escalofríos, nauseas el dichoso fracaso. Pero hasta este momento nada me satisface. No quiero salir por la puerta de atrás, pero llevo ya muchos años encerrada en este paréntesis que me roba el aire, que me asfixia. No logro encontrarme en lo que estoy haciendo (No más monografías ni teorías por favor, solo performance please). Que clichoso y patético. Todo me parece tan clichoso y tan patético. A fin de cuentas esto no es una crisis, es un simulacro de fuga, de escape.