domingo, 15 de abril de 2012

RUDO Y CURSI







Al fin pude piratear los videojuegos que tanto quería Lucas. Escuché decir que sus papás no se los habían comprado porque los consideraban muy violentos. Tampoco es que mis papás me los hayan comprado a mí, pero por suerte sí a mi hermana, como regalo de graduación. Hace algunas semanas le rogué que me los prestara, pero a ella no le daba la gana de hacerlo, no porque fuera egoísta, sino porque sabía la causa de mi interés. “No seas lambona, que el guevón ese los consiga por su cuenta. Te digo desde ahora, que si sigues así vas a fracasar con los hombres. En vez de perder el tiempo leyendo la pendejá esa de Twilight, empieza a devorarte el Manual De La Perfecta Cabrona’’. Siempre era la misma historia con Andrea y empeoró cuando entró a la universidad. Yo le pedía o le preguntaba cualquier cosa y recibía a cambio una cantaleta, que según ella, era para fortalecer mi autoestima. Qué fortalecerme y qué mierda, lo hacía para fastidiarme. Los días en que no la resistía, le iba con las quejas a mami. Ella lo resolvía diciéndole que yo no era su hija, que tan siquiera me respetara. En fin, como no pude convencerla para que me prestara los videojuegos, me pasé el fin de semana vigilándola, porque la obsesión de Lucas por aquellos juegos había crecido, al igual que mi deseo de complacerlo. Así que aproveché una de sus escabullidas nocturnas para apoderarme de ellos.

Lo primero que hice fue encerrarme en su cuarto. Empecé a buscarlos como una loca por si llegaba rápido. Los encontré en una de las gavetas de su escritorio. Había dejado su IPAD encendido. Yo quería vengarme del insulto que le había hecho a la saga de Twilight. Le iba a cambiar la contraseña de acceso. Uno de los “JAJA” de Nelson se asomó en mis pensamientos. La muy bruta ni siquiera lo tenía bloqueado. Mejor para mí. Decidí ponerle de contraseña TEAM JACOB BITCH.  Cuando deslicé la barra de acceso, apareció en la pantalla la grabación de su última conversación por FACETIME. Dios mío… Estaba sin ropa y tocándose... ¡QUE HORROR! La vergüenza fue tanta, que tomé los juegos y me fui corriendo de allí. La cuestión es que pude grabarlos  y como juré no entrar allí después de lo que vi, tenía que buscar la manera de devolverlos. Así que los arrojé desde el pasillo hacia su cuarto. Espero que no se hayan roto y si se rompieron pues no me importa. Yo estaba feliz, loca porque amaneciera. No veía la hora de llegar a la escuela para dárselos a Lucas. Empecé a imaginar la cara que pondría, a practicar frente al espejo mi reacción ante su reacción de sorpresa, a inventar las palabras de agradecimiento que me diría escuchando  de fondo canciones de Taylor Swift. Ojalá y me abrace, o mejor, que recompense con un beso mi gran hazaña. ¡Qué emoción! A la verdad que mi hermana no sabe nada de amor.

¡Ya amaneció! Otra de las cosas que hará este día excitante es la fiesta sorpresa que le están preparando mis papás a mi hermano por su aniversario. El y Yamil cumplen cinco años de casados. Su historia de amor es muy bonita, como me gustaría que fuera la mía. Los dos se conocieron en el trabajo y se enamoraron al son que se defendían de las ofensas de sus compañeros, que no entendían como sendos macharranes y para colmo obreros de construcción, fueran maricones. El sufrimiento tuvo poca estancia en sus vidas, ya que con el tiempo nació entre sus compañeros la tolerancia y con la tolerancia el respeto y la mayoría de ellos vendrán esta noche a mi casa con sus respectivas familias. Yo no sé cómo la gente puede ser tan cruel y desconsiderada, si yo nunca sentí desprecio por las personas que son como mi hermano. Ni antes ni después que nos reuniera para confesarnos sus preferencias sexuales. Quizás sea porque nací en un hogar de mentes abiertas, tan abiertas que a veces me asustan. Como la vez que mis papás me hablaron de sexo por primera vez. No les bastaron las charlas que suelen dar las familias normales, sino que tuve que chuparme la peliculita y todo.  Me hubiese gustado que me lo contaran empleando la fantasía, como lo hicieron los papás de Ana Sofía. Cuando yo le dije mi versión de los hechos, no me habló por una semana. Espero que Yamil no se enoje por el festejo, es que a él como que no le gustan mucho las fiestas. Es muy serio.

 Antes de salir para la escuela, me aseguré que las copias que le hiciera a Lucas de los videojuegos estuvieran en mi mochila. ¡Que no haría yo por mi Lucas! Pero debía cambiar mi cara de alegría, porque sino mi hermana iba a empezar con la cantaleta del poder femenino desde temprano. Estoy loca por que se consiga otro sitio para vivir. Pero este plan lo veo imposible porque vivimos súper cerca de la universidad. Es que si por lo menos no se metiera con mis cosas. Todavía no sé donde me escondió la colección de libros de Harry Potter y una vez se atrevió a cambiarme la música del IPOD por la de unos tipos ahí medio raros… Sabina y Serrat... esos mismos. Todo lo que aprende en la universidad me lo quiere meter hasta por las narices. Por lo menos en estos días ha estado más tranquila. Se le ha metido en la cabeza que quiere ser actriz y se la pasa ensayando e inventándose personajes con los amigos que trae a casa. Me gustaría que se hiciera famosa, para que tenga miles de cosas que hacer y me deje en paz.

Antes de acomodarme bien en el asiento del carro, me conecté al IPOD porque ya mami me había amenazado con que tenía que repasar la lista de canciones para la fiesta y yo no estaba en el MOOD de escuchar música de viejos. Pero el problema no era solo la música, sino que no sabía si los invitados traerían a sus hijos y si estos eran de mi edad, porque después de lo que vi en el IPAD de Andrea, no pensaba pasarme la noche con ella, con sus manos pegajosas de no sé qué y con el barbudo de su novio que apodaban EL CHE. Por eso le había comentado a mi papá si podía invitar a alguien, pensando en Ana Sofía o en Lucas claro está, pero él se quedó callado, quizá pensando que si los invitaba tenía que invitar a sus padres y habría entonces demasiada gente, lo que incomodaría a Yamil. Lo excéntrico de su personalidad me fascinaba, pero en momentos como este no me resultaba nada encantador. De todas formas les envié un mensaje por FACEBOOK anoche. Lo extraño es que ninguno de los dos me respondió. Veremos a ver qué me dicen hoy.

Mi madre me dejó en la escuela de prisa. Por poco ni me da el acostumbrado beso de despedida. Es que esta muy ajetreada con lo de la fiesta. No sé de qué se preocupa, si siempre todo le queda bien. A eso se dedica. Ella es decoradora de interiores y cuando el trabajo se pone flojo, se dedica a planificarle las fiestas a la gente. Ya que estamos en esas,  mi padre es secretario ejecutivo de una agencia de abogados. No tenemos mucho dinero, pero ellos se las han ingeniado para que no nos falte nada. Lo más divertido que hacemos juntos es viajar. Sin tantas maletas, sin guías turísticas. Mi mamá lo llama viajar a lo CALLE 13. A mí me encanta. Porque nos pasamos callejeando por todos lados sin preocuparnos del dónde vamos a dormir o del qué vamos a comer durante la travesía. Hace dos años que no vamos a ningún lado. El dinero mi mamá lo invirtió en la elaboración de un salón de fiestas, tal y como lo vio en uno de los tantos programas de diseño del Discovery Home & Health Channel. El salón quedó muy bonito y elegante. Con una cristalería impresionante y un juego de luces y sonido capaces de crear la sensación de estar en un lugar diferente  en cada ocasión. Cuando estamos cortos de dinero, mis padres lo alquilan. El mes pasado un partido político lo separó para realizar una cena de colecta de fondos.

Justo cuando entré al salón de matemáticas sonó el timbre. Me senté al lado de Ana Sofía, mi mejor amiga. Ella era la única que sabía de mi amor por Lucas. No sé porque, pero tenía el presentimiento de que algo andaba mal esa mañana. Ana Sofía no me saludó y tampoco me bombardeó con los últimos tweets de nuestras celebridades favoritas. Además, me incomodaba la manera en que Lucas la miraba a ella y luego a mí.  El maestro lo regañó varias veces por estar secreteándose con Marcos y Pedro. Esta situación no me dejaba concentrarme en la clase. No veía la hora en que llegara el primer recreo para poder hablarle y para averiguar que le pasaba a Ana Sofía conmigo. Cuando por fin salimos del salón, me di a la tarea de perseguirla hasta el patio central de la escuela. La muy estúpida salió disparada y no me esperó. Yo no le he hecho nada para que se porte así conmigo ¿o sí?

_Oye Ana Sofía, que te pasa conmigo hoy. No me saludaste, no me texteaste y saliste del salón sin esperarme. Pero olvídalo, no voy a pelearme contigo por eso. ¿Te fijaste en el emplaste que tenía el maestro en la cabeza?

_Nena, que voy a estar yo fijándome en esas charrerías. Te dejo que tengo que ir al baño.

_ ¿Pero cuál es la prisa? Te acompaño.

_No. Porque lo que me pasa, tu no lo entiendes todavía. 

_Como que no lo entiendo. ¿Estás malita del estómago de nuevo? Acuérdate que aquella vez yo guardé el secreto y culpé a Raúl por la peste que se desató en el laboratorio de ciencias.  No te preocupes, yo siempre traigo un pote de PEPTOBISMOL por si acaso. ¿Quieres un poquito para que te alivies?

_NENA, NADA QUE VER. Es que me llegó la regla y voy para el baño con Jessica, la gigantona de sexto para que me ayude con eso. Ahora me voy a juntar con su grupo.

_Ana Sofía, no seas tan ridícula. Si hemos sido amigas desde chiquitas. Cómo si lo que te pasó fuera la gran cosa por Dios.

_Claro que es la gran cosa. Mi vida va a cambiar. Ahora voy a empezar a juntarme con gente grande y no con niñitas como tú.

_A pues vete al carajo a juntarte con las putas de sexto.

_Puta será la madre tuya.

_Que dijiste cabrona. Para que te enteres no te necesito y no te atrevas aparecerte a la fiesta que va haber en mi casa.

_Whatever. Ni pensaba ir. En tu casa todos son unos freaks.

Que hija de puta resultó ser Ana Sofía. Ahora lo que falta es que riegue por toda la escuela lo que yo siento por Lucas. Porque esa es su especialidad. Cuando se enoja con las amigas empieza a divulgar los secretos que le contaron, como lo que dijo que hizo Claudia en el baño con todos esos nenes. Nadie hubiese sabido que estaba preña si ella no hubiese abierto la boca. Maldita bruja. Por qué tuve que juntarme con ella desde preescolar. Y ahora que se ha vuelto tan difícil conseguir BFF. Olvídate. Ahí viene Lucas. ¡Tan lindo que se ve batallando en su PSP! Tranquilízate Amelia, fuera nervios, aquí vamos.

_Lucas…Lucas.

_Qué quieres. Ahhh, ya sé. No me interesa ir a la fiesta esa de maricones que van a hacer en tu casa. Y para que lo sepas, tu amiga me contó que querías ser mi jeva y antes de que me lo preguntes te digo que No. No voy a ser novio tuyo. No me gustas. Eres fea y asquerosa.  A mí la que me gusta es Jessica, porque ya se le notan las tetitas y a mí me gusta mirárselas y tocárselas hasta que siento que se me para y tú ni siquiera tienes de eso. Para mí que tu eres hemafrodita como la Lady Gaga esa que tanto te gusta. Jajaja. Anda Amelia, a que no me enseñas tu pinguita. Jajajajaja.

_... Eso son embustes… Yo no estoy enamorada de ti… Y si no tengo tetas es porque… que te importa eso a ti…

_Nena, la embustera eres tú, porque tu amiga me enseñó TODOS los mensajes que le escribías de mi. Arranca pal’ carajo y no me jodas más.

Sin darme cuenta todos los estudiantes de mi clase estaban alrededor de nosotros dos. Las risas se esparcieron junto con el chisme. El acontecimiento del día. Porque se convertía en un evento histórico, casi épico el día que Lucas pasmaba a una de las tontas que se atrevían a declararle su amor. Como le hizo a Joan el día de su cumpleaños. Ella había venido bien arreglada a la escuela. La maestra de Bellas Artes le había preparado una fiestecita y Lucas se la arruinó. Sus amigos le fueron con el chisme de lo que había escrito en el baño de las nenas sobre él. Desde ese día ya no la llaman por su nombre, sino que le gritan donde quiera que la ven "ahí va La puerca de Juan Bobo”. Pobrecita de mí. Me pregunto cómo me llamaran mañana. Que tendrá que pasar para que lo de hoy se borre de sus mentes. Ojalá tuviera el poder de hacerlos olvidar.

Me sentí como basura. Aguanté las lágrimas lo mejor que pude. Todos me miraban, todos se burlaban de mí. Estaba paralizada, oprimiendo los juegos de video con fuerza. Sonó el timbre. El tiempo de la disputa se me había hecho eterno. Cuando todos se fueron, pude entonces caer de rodillas y llorarme en silencio. Uno de los conserjes que se paseaba por allí me vio. “Beba, ¿Estás bien? Ven, vamos a la oficina”. Pero antes de ir para allá, le dije que me acompañara al salón a recoger mis cosas, por si acaso había estudiantes allí y empezaban a molestarme de nuevo. En el trayecto no bosticó palabra y cuando llegamos a la oficina no dio detalles de la desgracia que presenció. Me dejó allí, pero antes de irse posó su mano sobre mi hombro a modo de consuelo. La secretaria le anunció mi llegada al director. Tuve que mentirle. Le dije al hombre que me sentía mal. Que me había llegado por primera vez la regla y que quería irme para mi casa. El comprendió y llamó diligentemente a mi padre al trabajo porque en casa no había nadie. Mientras lo esperaba, tuve que ir al baño a desperdiciar un tampón. Junto a las toallas ensangrentadas que estaban esparcidas en el zafacón, dejé caer los juegos de video que diligentemente había preparado para Lucas.

Aborrecí la cara que puso mi padre cuando llegó a la escuela. ‘’Ohh, ahí viene la nueva mujercita de la casa, pasaremos a la farmacia para comprar lo que mi princesita necesite’’. Le dije que no necesitaba nada. Que me llevara directamente a casa. Mi madre ya había llegado y estaba dándole los toques finales al salón de fiestas. ‘’Mi amor, pero si no es para tanto. Mira como traes esos ojitos tan hinchados. No tenías porque asustarte. Awww, mi bebita consentida. No entiendo por qué te me pusiste así, si ya hemos hablado del tema”.

_No lloré por eso y es mentira que me bajó la regla. Lo que pasó fue que… tuve una pelea con Ana Sofía y no quería verla, así que inventé eso para que el director me dejara ir temprano.

_Sabes que no nos gusta que mientas. Pero bueno, anda y descansa. Ya te ayudaremos con lo de Ana Sofía. Duerme un rato para que esos ojitos se desinflamen. Recuerda que hoy es lo de tu hermano y a él no le gusta verte llorosa.

_OK.

No quería ver a nadie. Me encerré en el baño a odiarme por un rato. Luego me tuve un poco de compasión y volví a llorar de nuevo. Le doy asco, soy fea. Que estúpida fui. El tan cabrón y yo tan idiota que daba todo por ganarme su amor. Maldita sea. Pues… vamos a hacer que sus palabras cuenten.

_Amelia… Amelia. ¿Puedo pasar? Es que dejé la afeitadora tirada y sabes cómo se pone tu madre cuando hago eso…

_¿No te vas a ir a trabajar?

_No cariño, pedí la tarde libre. Los asuntos urgentes los voy a resolver desde aquí.

_Ehhh… Entra.

_¡PERO NIÑA QUE CARAJO TE HAS HECHO? QUE ES LO QUE PASA CONTIGO HOY. ALEJANDRA…ALEJANDRA, MIRA LO QUE ESTA SE HIZO EN EL PELO. 

_QUEEEEEEE… ¿CÓMO PUDISTE?

_... Es… es que como está la campaña de las cabecitas rapadas y ustedes insisten en que hay que apoyar las causas sociales…

Vi en cámara lenta como la mano de mi madre se estrellaba contra mi cara.

_Alejandra por Dios Santo, así no es cómo resolvemos los problemas en esta familia.  

_ Pues vamos a tener que empezar a resolverlos así Armando. Es que no entiendo. No entiendo. Todo estaba bien hace dos horas y mira, ahora a esta le dio por imitar a la Britney Spears. Qué vamos a hacer.

_No lo sé… Me parece que llegó alguien.

_Debe ser el del delivery. Como estoy preparando lo de esta noche, pedí algo ligero para comer en la tarde. Vamos a recibirlo. Y tú, ponte uno de esos gorros ponkos que colecciona tu hermana en la cabeza, pero antes limpia bien este desastre. 

La decepción de mi padre era evidente y cuando mi madre salió, el se quedó y terminó de afeitarme bien la cabeza.

_Por lo menos ahora estas más presentable. Más tarde hablaremos de esto señorita. Por ahora enfoquémonos en lo de tu hermano ¿sí? Con pelo o sin pelo te sigo amando igual.

 El que llegó no fue el del delivery, sino mi hermano. Sin Yamil.

_¿Por qué llegaste tan temprano hijo? ¿Esas maletas? ¿Dónde dejaste a Yamil?

_El no vendrá. Esta mañana decidimos separarnos.

_Pero que les dio a ustedes hoy por jodernos la vida a mí y a su padre coño.

_Qué pasa. ¿Qué se tatuó ahora Andrea?

_ No, si no es Andrea. Anda y échale un ojo a Amelia. Mas tarde hablaremos de tu asunto. Ven conmigo Alejandra, estas muy alterada. Así no podremos resolver nada.

_¿Amelia? Pero qué gravedad puede ocasionar una niña de 10 años.

­_Míralo con tus propios ojos.

Antonio se veía desgastado, más flaco, más viejo. Me habló con calma, despacio.  

_ ¿A qué se debe el nuevo look?¿Por qué te hiciste eso?

_No sé. Hoy fue un día malo.

_Pero si apenas ha comenzado. Que puede perturbarte a ti. Tan chiquita, tan llena de vida. De Andrea lo hubiese esperado, ¿pero de ti?

_Quizás me pasó lo mismo que te pasó a ti con Yamil.

_Cómo lo mismo.

_No quiero hablar del tema. Para que lo sepas, papi y mami les tenían una fiesta sorpresa.

_Algo así me imaginaba. Por eso vine temprano. Ellos le dan mucha importancia a las fechas.

_Papi me dijo que el salón había quedado brutal.

_Por qué no me lo enseñas.

 Cuando abrimos la puerta no reconocimos el lugar. Había arreglos florales, lucecitas parpadeantes y candelabros por todos lados. Las mesas se arrinconaban cerca de las paredes, dejándole un cómodo espacio a los que quisieran bailar. El equipo de música ya estaba instalado. Andrés se dirigió a él.

_A la verdad que mami se botó…

_Antonio... hoy me rompieron el corazón.

_No te preocupes, desde hace algún tiempo a mí también. ¿Quieres bailar un rato?

_Claro...

Me abracé a su cuerpo y como no sabía bailar, el dejó que me subiera a sus pies. Comenzamos a movernos.

Baila
baila corazón
agárrate fuerte a mi
no me sueltes por favor
baila dulce
en mi habitación
apriétame la cintura
toma mi cuerpo
y baila dulce

  Mientras bailábamos me quitó el sombrero que mi madre me obligó a ponerme y acarició mi cabeza desnuda. Ambos comenzamos a reírnos a carcajadas y sin querer un llanto amargo estalló en nuestras gargantas. Sentí lástima por él,  sentí lástima por mí. Me sentía enferma por los dos.

Más que grande que grande
Más cielo que el cielo
El amor es tanto que al final da miedo
Más profundo y puro que los sentimientos
El amor te mata, de puro sincero

 Cariñosamente me dio un beso en la frente y entre sollozos me hizo prometerle que jamás me haría daño por alguien, que eso no valía la pena.

_¿Qué te pasó con Yamil?

_Es complicado… Quiere cambiarse de sexo. Después te explico… Sigamos bailando…

Andrea terminó teniendo la razón. De ahora en adelante procuraré aprender más de ella. Pero lo difícil no será soportarla, sino fingir ante el mundo que aun creo en el amor. Antonio y yo seguimos bailando, como si se hubiera abierto un paréntesis de calma en medio de nuestra pesadilla. Pretendimos que aquella vieja canción era eterna. Pero duró poco, como todo lo bueno. 

Vamos a bailar
Abrazaditos como ángeles
Volar, volar
En un rincón de la ciudad
Vamos a morir
Como dos héroes anónimos
Mirando al mar y sin saber lo que decir…

No hay comentarios:

Publicar un comentario