Ella es como uno de los personajes de Tim Burton. Su pelo blanco y largo contrasta con las grandes ojeras negras que casi cubren su vieja cara. Todos los días se dirige al centro del pueblo a comprar pan y a visitar el correo. Esta mañana cuando entró a la casa, acomodó las cartas y el bolso de pan recién horneado en la mesita que hay en el balcón. Al verla, le ofrecí una taza de café con leche, pero no quiso. Simplemente se quedó sentada allí, sobre el sillón de mimbre, mirando quedamente el camino. Al rato pidió agua. Cuando le di la espalda para buscársela la oí decir lo de siempre: “no puedo creer que nunca más volveré a verlo”. Pretendí no haberla escuchado. Cuando volví con el vaso de agua ya se había ido. A la distancia la vi marchar cabizbaja, con su acostumbrado dolor a cuestas. A ella se le olvida a menudo que yo también soy su hija, pero no la culpo. ¡Carajo! Voy a llegar tarde de nuevo a la escuela. Me metí al baño de prisa y deje correr un poco el agua en lo que me desvestía. Ahora, bajo la ducha, cierro los ojos, con los dedos índices me tapo los oídos y sobre mi cabeza escucho caer el apacible aguacero que me ayuda a vivir con lo que ya no está.
EL ROSA DEBE SER RUDO
domingo, 3 de febrero de 2013
LOS MALAVENTURADOS NO LLORAN
Ella es como uno de los personajes de Tim Burton. Su pelo blanco y largo contrasta con las grandes ojeras negras que casi cubren su vieja cara. Todos los días se dirige al centro del pueblo a comprar pan y a visitar el correo. Esta mañana cuando entró a la casa, acomodó las cartas y el bolso de pan recién horneado en la mesita que hay en el balcón. Al verla, le ofrecí una taza de café con leche, pero no quiso. Simplemente se quedó sentada allí, sobre el sillón de mimbre, mirando quedamente el camino. Al rato pidió agua. Cuando le di la espalda para buscársela la oí decir lo de siempre: “no puedo creer que nunca más volveré a verlo”. Pretendí no haberla escuchado. Cuando volví con el vaso de agua ya se había ido. A la distancia la vi marchar cabizbaja, con su acostumbrado dolor a cuestas. A ella se le olvida a menudo que yo también soy su hija, pero no la culpo. ¡Carajo! Voy a llegar tarde de nuevo a la escuela. Me metí al baño de prisa y deje correr un poco el agua en lo que me desvestía. Ahora, bajo la ducha, cierro los ojos, con los dedos índices me tapo los oídos y sobre mi cabeza escucho caer el apacible aguacero que me ayuda a vivir con lo que ya no está.
jueves, 7 de junio de 2012
HOMENAJE A UNA GRAN POETA: GUANINA
HOLA, PARA
AQUELLOS QUE NO ME CONOCEN YO SOY GUANINA, YO SOY ALTISTA, UNA POETA DE LA NUEVA
GENERACION DE POETAS DE PUELTO RICO Y PA QUE LO SEPAN POR FIN VOY A ESTAL
PRESENTANDO MI POEMARIO ULBANO EN EL FESTIVAL DE LA PALABRA EN OCTUBRE. YA
MAYRA LE DIO EL VISTO BUENO. ESTABA BIEN SOLPRENDIA CON LO AVANZADO DE MI ALTE.
Y CUANDO ME LO DIJO PUE ME SENTI BIEN CABRON. ASÍ QUE USTEDE ESTAN ANTE UNA
ALTISTA DE CATEGORIA Y NO ANTE CUALQUIEL MIELDA QUE SALE Y YA SE CREE ESCRITOR
O ESCRITORA. LO MIO E CALIDÁ. Y DESPUE DE ESTE PASO TAN GRANDE QUE VA A
EXPERIMENTAL MI CARRERA PUE TIENE QUE GUSTALE MI LIBRO Y SI NO PUE COMO QUIERA
SE LO VAN A TENEL QUE MAMAL. BUENO, EL POEMA QUE VOY A COMPALTIL ESTA NOCHE CON
USTEDES PUE ESTA INSPIRADO EN UNA DE MIS FANS. BENDITO ELLA E UNA MUCHACHA DE
CASTAÑER. CUANDO ME ESCRIBIO PARA FELICITALME POR MI ÉXITO PUE YO EN VELDA NO
SABIA DE DONDE CARAJO ERA ELLA. HASTA ME ILUSIONE PENSANDO QUE TENIA UNA
ADMIRADORA FUERA DE PUELTO RICO, PERO LA JEVA CON LA QUE ESTOY AHORA ME DIJO
QUE CASTAÑER ERA UN BARRIO DEL PUEBLO DE LARES. COMOQUIERA ME PELSIE UN POCO POLQUE
SIEMPRE UNO BUSCA TRASENDEL. PERO LO IMPOLTANTE E QUE DE ESA INCELTIDUMBRE
PUE NACIÓ ESTA POESÍA QUE SE TITULA, PELDONA SAE, POLQUE ME PUSE A PENSAL BENDITO
EN TOA LA GENTE DE LA ISLA Y EN LO MAMABICHO QUE PODEMOS SER NOSOTROS CON ELLO Y
DICE ASÍ:
NO
BUSCO DEBATIL SOBRE LA DICOTOMIA QUE EXISTE ENTRE LA CIVILIZACION Y LA BALBARIE.
ESE TEMA COMO QUE YA ESTA QUEMAO. PERO COMO EL AVE FENIX (EL AVE FENIZ PUE E COMO UNA METAFORA Y SI NO ENTIENDEN PUE PREGUNTENLE
A ALGUIEN CUANDO SALGAN DEL TEATRO O VAYAN
A UNA BIBLIOTECA LITERARIA POLQUE
EN VELDA E BIEN PROFUNDO EL SIGNIFICADO. E QUE COMO YO SOY ALTISTA PUE LE TIRO
A ESE NIVEL. ESE E MI ALTE Y SI NO LO ENTIENDEN PUE JODANSE PA QUE VIENEN ENTONCES
PA ACA A PONEL CARA DE PENDEJO. TU SAE ESA CARA DE Y QUE CARAJO E LO QUE ELLA
ESTA DICIENDO POLQUE EN VELDA EN VELDA NO LA ENTIENDO) COMO EL AVE FENIX SIEMPRE
VUELVE PA JODELME, PA MAS NA. ESTA VEZ LA RAIZ QUE TOCA ES HONDA Y PROFUNDA (ESTO E UNA REDUNDANCIA SINONIMICA. FOLMA
PALTE DE MI ESTILO DE ESCRITURA. LO DIGO COMO YO SE QUE AQUÍ VIENEN PUE MUCHO
ESTUDIANTE GRADUADOS DE LITERATURA Y SI LE INTERESA HACEL SU TESIS SOBRE MI
ALTE PUE OTRO EJEMPLO DE ESTE ESTILO MIO LO ENCUENTRAN EN EL POEMA KARMA KALMA PA
QUE VEAN LA CORRESPONDENCIA Y EL JUEGO DE PALABRAS UN POCO FILOSOFICO QUE
EXISTE ENTRE UN POEMA Y OTRO. POL SI ACASO TAMBIEN ESTA EN MI LIBRO POLQUE EN
GOOGLE NO LO VAN A ENCONTRAR. ASI DE EXCLUSIVO E MI TRABAJO). POLQUE SIEMPRE
HAY UN SOBRAO QUE QUIERE TRASPASALSE, OFENDER Y MENOSPRECIAL A LOS DEMAS. POR ESO YO NUNCA MIRO POR DEBAJO DEL HOMBRO A LA GENTE SINO SIEMPRE DE FRENTE. (CUANDO DIGO ESTA PALTE COMO QUE SE ME PARAN
LOS PELO). PA TI VA ESTO. CHUPATE ESTA EN LO QUE TE MONDO LA OTRA. (AQUÍ PUE EMPIEZA LA PALTE CABRONA DEL POEMA
POLQUE E COMO UNA DESCALGA EMOCIONAL. ESTUBE TRES DIA ESCRIBIENDOLA POLQUE ME DRENABA
MUCHO LA EMOCIONES QUE HASTA SE ME ADELANTO LA MENSTRUACION). PELDONAME POR NO HABEL CRECIO EN EL AREA ULBANA
Y POR NO SABEL MOVELME POR LA FUCKING CIUDAD DE MIELDA. PELDONAME POR NO HABEL
IDO MAS ALLA DE LOS MARES QUE SE ARRASTRAN POR NUESTRAS ORILLAS. PELDONAME POR SEL PALTE DE
AQUELLOS QUE DENOMINAN DE LA ISLA. PELDONAME POR NO HABEL CRECIO RODEADA DE
CENTROS COMELCIALES BIEN CABRONE, EPRESOS, TAPONES, CASERÍOS, TECATOS QUE PIDEN EN LA
CALLE, CINES, EDIFICIOS GRANDES, RESTAURANTE FINOS Y BARATOS, SITIO DE JANGUEO BIEN COOL, SALAS DE CONCIELTO, PALQUES DE PELOTA Y LUGARES
IMPORTANTES Y CULTO PA VISITAL. PELDONAME POR HABEL CRECIO EN UN BARRIO DE LA
PERIFERIA, DEL JURUTUNGO VIEJO, DONDE LA IGLESIA, EL CUATRERO O EL CHINCHORRO DE RON DECIDEN
TU DESTINO. PELDONAME POR NO SABEL DE MUSICA INTERESANTE, CUANDO LO QUE ME
CORRE POR LAS VENAS ES LA CONCIENCIA DE LO POPULAL QUE TOCAN POR KQ105. PELDONAME
CUANDO ME QUEDO CALLA Y NO ENCUENTRO QUE DECILTE EN VELDA. PERO SOBRE TODO, PELDONAME
QUE NO TE HABLE DE SUCHI NI DE YOGUR GRIEGO, NI DE TODA ESA PENDEJA. NO ME
MALINTELPRETES NI LO TOMES A MAL. PERO E QUE A MI ME ENSEÑARON DESDE CHIQUITA
QUE TO LO QUE ATRAVIESA EL GASNATE DE LA GALGANTA E MIELDA Y QUE DE ESO YA NO VALÍA LA PENA HABLAL.
MUCHAS GRACIAS...
miércoles, 6 de junio de 2012
DESEOS DE COSAS IMPOSIBLES
El
miércoles, al salir de la oficina del oncólogo, Ana María se tocó la sombra de
lo que fueron sus tetas al ver a una mujer amamantando a su hijo en la
cafetería de la esquina. “Ya falta poco”, se dijo así misma en forma de
consuelo. Tras el inútil sobo, entró a la misma cafetería, optando por sentarse
a tres mesas de distancia de aquella mujer, que ya sacándole los gases al hijo
desinquieto, se preparaba para irse. Cuando por fin se marchó la mujer, Ana
María ordenó algo de comer. “Dame una tripleta con papas fritas y una 7up por
favor” le dijo a la muchacha pechugona que servía de mesera. “Sale tripleta con
fritas” le gritó al cocinero de cara grasienta. El muy desvergonzado le miraba
las tetas como atontado, quizás soñándose sumergido entre aquellas dulces masas
insondables. “Pobrecita, al igual que el 80% de la mayoría de las mujeres,
todavía no ha aprendido a comprar la talla adecuada de su sostén”, pensó mientras
su mirada también se perdía en el pecho de la corpulenta mesera. Su pedido
llegó 15 minutos después. Ana María dejó la mitad del sándwich, pero se tomó
todo el refresco. Hacía mucho calor allí adentro, sin embargo prefirió dejarse
el abrigo que llevaba puesto. Su próximo movimiento fue levantarse para tirar
las sobras al zafacón, ubicado en la esquina de la puerta del negocio.
Aprovechó la ocasión para echarle una mirada a la oficina del médico que se
distinguía claramente desde allí. El Dr. Román le había prometido que
conseguiría los resultados de sus exámenes el mismo día. “Doctor, usted sabe
que han pasado ya dos años y me gustaría comenzar el proceso de reconstrucción
lo antes posible”, le dijo con impaciencia. Solamente había pasado una hora
desde que llegó a la cafetería. Todavía era muy temprano para regresar a la
oficina en busca de noticias. Fue al mostrador a pedir una taza de café y el
periódico local para matar un poco el tiempo. Prefirió sentarse en una mesa
desde donde pudiera echarle de vez en cuando un vistazo a la oficina del
médico. Miró el periódico con indiferencia, mientras bebía el café a sorbos
lentos. Por momentos la cafetería se llenaba de gente y de bullicio con los
acontecimientos del día, pero Ana María estaba inmóvil, callada, mirando
siempre hacia adelante. Se mantuvo así por casi tres horas. Sin esperárselo, de
un sobresalto se levantó de la mesa y corrió de prisa a la oficina del médico. Había
visto llegar al mensajero. Al entrar a la oficina, se acomodó el abrigo porque
hacía mucho frío allá adentro. La secretaria ya la estaba esperando y sin ella
preguntarle nada, le entregó el sobre con los resultados. “Señorita, si gusta
puede ubicarse en la sala de espera, el médico la atenderá dentro de media
hora”, le dijo sin que sus ojos abandonaran la pantalla del computador. “Si no
hay ningún problema vendré mañana a verlo para discutir los resultados.
Prácticamente he estado todo el día en la calle y estoy un poco cansada”. Tras
esas palabras, Ana María abandonó el lugar.
Respiraba tranquilamente con el sobre seguro bajo el brazo. A paso lento caminó hacia la parada de autobuses.
Al llegar, se sentó en un banco polvoriento. Acomodó el sobre dentro de su
cartera. De vez en cuando se distraía viendo los autos que pasaban frente a
ella. Poco a poco la parada fue
llenándose de gente, pero ella esquivaba cualquier conversación inoportuna que
le interrumpiera su cavilación. “No puedo esperar más tiempo”. Extrajo con
cuidado el sobre. Lo abrió con calma, casi en cámara lenta. “El maldito ha
vuelto” murmuró. En esos momentos el autobús había llegado y ya la gente se
aglomeraba en su desesperación por obtener un buen asiento. “Se va con uno más”
profetizó el chofer a todo pulmón. Ana María no se movía y una anciana toda
arrugada se le adelantó. Ella no hizo ademán de detenerla, ni mucho menos de
propinarle un buen insulto, que era lo acostumbrado en aquellas circunstancias.
Ana María no hacía más que mirar con
asombro cómo la anciana acomodaba en el último asiento del vehículo todo el
peso de sus arrugas. “El tiempo… el tiempo”, susurraba mientras el autobús se
perdía en el caótico tráfico isleño. Una hora más tarde llegó otro. Al subirse,
notó que en la primera fila estaban sentados, casi el uno encima del otro, la
mesera de la cafetería y el cocinero de cara grasienta. Los miró de soslayo
mientras buscaba un lugar que estuviera vacío. En aquel autobús cargado de
niños, jóvenes y adultos, Ana María se ubicó en el último asiento del vehículo
y mirando siempre hacia el suelo, permaneció inmóvil y callada hasta llegar a
su casa.
viernes, 20 de abril de 2012
LOST IN TRANSLATION
El se levanta temprano a colar el café. Ella se despierta justo cuando el
rico aroma empieza a asomarse por la habitación. Hace dos años que se mudaron a
las afueras del pueblo de Adjuntas. Ambos adoran su nueva casa, su nuevo estilo
de vida, las noches del frío intenso que caracterizan el lugar. Sin embargo, no pudieron evitar arrastrar con ellos las viejas costumbres. Como por ejemplo, la persistencia
de ella en negarse a leer los escritos de él. Ella trabaja en el banco y él es
maestro, aunque por vocación, escritor. Todas las mañanas, antes de salir a la
escuela, él le anota en el pizarrón de la nevera el título de la nueva entrada
de su blog. Ella, con la misma parsimonia de siempre, antes de abandonar la casa
para irse al banco, borra la notificación, reemplazando aquellas palabras con
el menú de la cena. A pesar de todo, él no se daba por vencido. En ocasiones la
interrumpía mientras veía sus programas favoritos con la declamación de una de sus
poesías o mezclaba alguno de sus relatos entre los informes que ella debía
entregar al día siguiente. Fueron muy pocas las ocasiones en las que sus
intentos rindieron fruto. Constantemente ella se quejaba de la extensión. Esa
era su excusa favorita, junto con el cansancio y sus recurrentes dolores de
cabeza. Hace tres meses él decidió no insistirle más. En el fondo quería saber
si ella extrañaría su mal hábito. En cambio, fue recompensado con indiferencia. A partir de ese momento la
distancia se fue acrecentando entre los dos. Lo único que compartían era el
café de la mañana. Después del trabajo ella llegaba a cocinar y él se perdía en
su mundillo de palabras infinitas. Hasta dejaron de hacerse el amor. Ni la fresca
brisa de las montañas avivaba las ganas de acurrucarse con la piel del otro. El
asumió la derrota de su matrimonio como una de las tantas excentricidades que
caracterizaban a los artistas. Por otro lado, ella decidió no pensar en el asunto. La
semana pasada él comenzó a negociar la publicación de su primer libro. Se
trasladó por unos cuantos días a la ruidosa capital. Ella no quiso acompañarlo.
El regresó del viaje ilusionado. Pensó que la ausencia la había vuelto más
hermosa. Ella mostraba felicidad por su triunfo. Esa noche, él intentó
acariciarla, pero ella apartó sus manos con dulzura y con disimulo juntó las
piernas. El estruendo de la lluvia que se estrellaba contra el techo de zinc les
sirvió para al fin quedarse dormidos. Al día siguiente lo llamaron de la
editorial y esa misma tarde partió nuevamente a la capital. Al despedirse él la
besó en la mejilla y nunca más volvió. Ella aceptó con el tiempo su partida.
Siguió viviendo en las afueras del pueblo de Adjuntas. Abandonó el trabajo en el banco para dedicarse a
la jardinería. Ahora todas las mañanas, la cafetera se enciende automáticamente y
como de costumbre ella se despierta justo cuando el aroma del café comienza a inundar
la habitación. Antes de salir a regar las plantas del jardín anota en el
pizarrón de la nevera lo que preparará de almuerzo y en las tardes de brisa
fresca ella siente la necesidad de encender el computador, para leer atentamente la
última entrada de aquel blog.
domingo, 15 de abril de 2012
RUDO Y CURSI
Al fin pude piratear los
videojuegos que tanto quería Lucas. Escuché decir que sus papás no se los habían
comprado porque los consideraban muy violentos. Tampoco es que mis papás me los
hayan comprado a mí, pero por suerte sí a mi hermana, como regalo de graduación.
Hace algunas semanas le rogué que me los prestara, pero a ella no le daba la
gana de hacerlo, no porque fuera egoísta, sino porque sabía la causa de mi
interés. “No seas lambona, que el guevón ese los consiga por su cuenta. Te digo
desde ahora, que si sigues así vas a fracasar con los hombres. En vez de perder
el tiempo leyendo la pendejá esa de Twilight, empieza a devorarte el Manual De
La Perfecta Cabrona’’. Siempre era la misma historia con Andrea y empeoró
cuando entró a la universidad. Yo le pedía o le preguntaba cualquier cosa y
recibía a cambio una cantaleta, que según ella, era para fortalecer mi
autoestima. Qué fortalecerme y qué mierda, lo hacía para fastidiarme. Los días en
que no la resistía, le iba con las quejas a mami. Ella lo resolvía diciéndole que
yo no era su hija, que tan siquiera me respetara. En fin, como no pude
convencerla para que me prestara los videojuegos, me pasé el fin de semana vigilándola,
porque la obsesión de Lucas por aquellos juegos había crecido, al igual que mi
deseo de complacerlo. Así que aproveché una de sus escabullidas nocturnas para
apoderarme de ellos.
Lo primero que hice fue
encerrarme en su cuarto. Empecé a buscarlos como una loca por si llegaba rápido.
Los encontré en una de las gavetas de su escritorio. Había dejado su IPAD
encendido. Yo quería vengarme del insulto que le había hecho a la saga de Twilight.
Le iba a cambiar la contraseña de acceso. Uno de los “JAJA” de Nelson se asomó
en mis pensamientos. La muy bruta ni
siquiera lo tenía bloqueado. Mejor para mí. Decidí ponerle de contraseña TEAM JACOB
BITCH. Cuando deslicé la barra de acceso, apareció en la pantalla la grabación
de su última conversación por FACETIME. Dios mío… Estaba sin ropa y tocándose... ¡QUE HORROR! La vergüenza
fue tanta, que tomé los juegos y me fui corriendo de allí. La cuestión es que pude grabarlos y como juré
no entrar allí después de lo que vi, tenía que buscar la manera de devolverlos. Así que los arrojé desde el pasillo hacia su cuarto. Espero que no se hayan roto y si se rompieron pues no me importa. Yo estaba feliz, loca porque
amaneciera. No veía la hora de llegar a la escuela para dárselos a Lucas. Empecé a imaginar la cara que pondría, a practicar frente al espejo mi reacción ante su reacción de
sorpresa, a inventar las palabras de agradecimiento que me
diría escuchando de fondo canciones de Taylor Swift. Ojalá y me abrace, o mejor, que
recompense con un beso mi gran hazaña. ¡Qué emoción! A la verdad que mi hermana
no sabe nada de amor.
¡Ya amaneció! Otra de las cosas
que hará este día excitante es la fiesta sorpresa que le están preparando mis
papás a mi hermano por su aniversario. El y Yamil cumplen cinco años de casados.
Su historia de amor es muy bonita, como me gustaría que fuera la mía. Los dos
se conocieron en el trabajo y se enamoraron al son que se defendían de las
ofensas de sus compañeros, que no entendían como sendos macharranes y para
colmo obreros de construcción, fueran maricones. El sufrimiento tuvo
poca estancia en sus vidas, ya que con el tiempo nació entre sus compañeros la tolerancia y con la
tolerancia el respeto y la mayoría de ellos vendrán esta noche a mi casa con
sus respectivas familias. Yo no sé cómo la gente puede ser tan cruel y desconsiderada,
si yo nunca sentí desprecio por las personas que son como mi hermano. Ni antes
ni después que nos reuniera para confesarnos sus preferencias sexuales. Quizás
sea porque nací en un hogar de mentes abiertas, tan abiertas que a veces me
asustan. Como la vez que mis papás me hablaron de sexo por primera vez. No les bastaron
las charlas que suelen dar las familias normales, sino que tuve que chuparme la
peliculita y todo. Me hubiese gustado
que me lo contaran empleando la fantasía, como lo hicieron los papás de Ana
Sofía. Cuando yo le dije mi versión de los hechos, no me habló por una semana. Espero
que Yamil no se enoje por el festejo, es que a él como que no le gustan mucho
las fiestas. Es muy serio.
Antes de salir para la escuela, me aseguré que
las copias que le hiciera a Lucas de los videojuegos estuvieran en mi mochila. ¡Que
no haría yo por mi Lucas! Pero debía cambiar mi cara de alegría, porque sino mi
hermana iba a empezar con la cantaleta del poder femenino desde temprano. Estoy loca por que se consiga otro sitio para vivir. Pero este plan lo veo imposible porque vivimos súper cerca de la universidad. Es
que si por lo menos no se metiera con mis cosas. Todavía no sé donde me escondió la colección de libros de Harry Potter y una vez se atrevió a cambiarme la música del IPOD
por la de unos tipos ahí medio raros… Sabina y Serrat... esos mismos. Todo lo que
aprende en la universidad me lo quiere meter hasta por las narices. Por lo menos
en estos días ha estado más tranquila. Se le ha metido en la cabeza que quiere
ser actriz y se la pasa ensayando e inventándose personajes con los amigos que
trae a casa. Me gustaría que se hiciera famosa, para que tenga miles de cosas
que hacer y me deje en paz.
Antes de acomodarme bien en el
asiento del carro, me conecté al IPOD porque ya mami me había amenazado con que
tenía que repasar la lista de canciones para la fiesta y yo no estaba en el
MOOD de escuchar música de viejos. Pero el problema no era solo la música, sino
que no sabía si los invitados traerían a sus hijos y si estos eran de mi edad, porque
después de lo que vi en el IPAD de Andrea, no pensaba pasarme la noche con ella,
con sus manos pegajosas de no sé qué y con el barbudo de su novio
que apodaban EL CHE. Por eso le había comentado a mi papá si podía invitar a
alguien, pensando en Ana Sofía o en Lucas claro está, pero él se quedó callado,
quizá pensando que si los invitaba tenía que invitar a sus padres y habría
entonces demasiada gente, lo que incomodaría a Yamil. Lo excéntrico de su
personalidad me fascinaba, pero en momentos como este no me resultaba nada
encantador. De todas formas les envié un mensaje por FACEBOOK anoche. Lo
extraño es que ninguno de los dos me respondió. Veremos a ver qué me dicen hoy.
Mi madre me dejó en la escuela de
prisa. Por poco ni me da el acostumbrado beso de despedida. Es que esta muy
ajetreada con lo de la fiesta. No sé de qué se preocupa, si siempre todo le
queda bien. A eso se dedica. Ella es decoradora de interiores y cuando el
trabajo se pone flojo, se dedica a planificarle las fiestas a la gente. Ya que
estamos en esas, mi padre es secretario
ejecutivo de una agencia de abogados. No tenemos mucho dinero, pero ellos se
las han ingeniado para que no nos falte nada. Lo más divertido que hacemos
juntos es viajar. Sin tantas maletas, sin guías turísticas. Mi mamá lo llama viajar a lo CALLE 13. A mí me encanta. Porque nos pasamos
callejeando por todos lados sin preocuparnos del dónde vamos a dormir o del qué vamos a comer durante la travesía. Hace dos años que no vamos a ningún lado. El
dinero mi mamá lo invirtió en la elaboración de un salón de fiestas, tal y como
lo vio en uno de los tantos programas de diseño del Discovery Home & Health
Channel. El salón quedó muy bonito y elegante. Con una cristalería
impresionante y un juego de luces y sonido capaces de crear la sensación de
estar en un lugar diferente en cada ocasión. Cuando estamos cortos de dinero,
mis padres lo alquilan. El mes pasado un partido político lo separó para
realizar una cena de colecta de fondos.
Justo cuando entré al salón de
matemáticas sonó el timbre. Me senté al lado de Ana Sofía, mi mejor amiga. Ella
era la única que sabía de mi amor por Lucas. No sé porque, pero tenía el
presentimiento de que algo andaba mal esa mañana. Ana Sofía no me saludó y
tampoco me bombardeó con los últimos tweets de nuestras celebridades favoritas.
Además, me incomodaba la manera en que Lucas la miraba a ella y luego a mí. El maestro lo regañó varias veces por estar
secreteándose con Marcos y Pedro. Esta situación no me dejaba concentrarme en
la clase. No veía la hora en que llegara el primer recreo para poder hablarle y
para averiguar que le pasaba a Ana Sofía conmigo. Cuando por fin salimos del
salón, me di a la tarea de perseguirla hasta el patio central de la escuela. La
muy estúpida salió disparada y no me esperó. Yo no le he hecho nada para que se
porte así conmigo ¿o sí?
_Oye Ana Sofía, que te pasa
conmigo hoy. No me saludaste, no me texteaste y saliste del salón sin esperarme.
Pero olvídalo, no voy a pelearme contigo por eso. ¿Te fijaste en el emplaste
que tenía el maestro en la cabeza?
_Nena, que voy a estar yo
fijándome en esas charrerías. Te dejo que tengo que ir al baño.
_ ¿Pero cuál es la prisa? Te
acompaño.
_No. Porque lo que me pasa, tu no
lo entiendes todavía.
_Como que no lo entiendo. ¿Estás
malita del estómago de nuevo? Acuérdate que aquella vez yo guardé el secreto y
culpé a Raúl por la peste que se desató en el laboratorio de ciencias. No te preocupes, yo siempre traigo un pote de
PEPTOBISMOL por si acaso. ¿Quieres un poquito para que te alivies?
_NENA, NADA QUE VER. Es que me
llegó la regla y voy para el baño con Jessica, la gigantona de sexto para que
me ayude con eso. Ahora me voy a juntar con su grupo.
_Ana Sofía, no seas tan ridícula.
Si hemos sido amigas desde chiquitas. Cómo si lo que te pasó fuera la gran cosa
por Dios.
_Claro que es la gran cosa. Mi
vida va a cambiar. Ahora voy a empezar a juntarme con gente grande y no con
niñitas como tú.
_A pues vete al carajo a juntarte
con las putas de sexto.
_Puta será la madre tuya.
_Que dijiste cabrona. Para que te
enteres no te necesito y no te atrevas aparecerte a la fiesta que va haber en
mi casa.
_Whatever. Ni pensaba ir. En tu
casa todos son unos freaks.
Que hija de puta resultó ser Ana Sofía.
Ahora lo que falta es que riegue por toda la escuela lo que yo siento por
Lucas. Porque esa es su especialidad. Cuando se enoja con las amigas empieza a
divulgar los secretos que le contaron, como lo que dijo que hizo Claudia en el
baño con todos esos nenes. Nadie hubiese sabido que estaba preña si ella no
hubiese abierto la boca. Maldita bruja. Por qué tuve que juntarme con ella
desde preescolar. Y ahora que se ha vuelto tan difícil conseguir BFF. Olvídate.
Ahí viene Lucas. ¡Tan lindo que se ve batallando en su PSP! Tranquilízate
Amelia, fuera nervios, aquí vamos.
_Lucas…Lucas.
_Qué quieres. Ahhh, ya sé. No me
interesa ir a la fiesta esa de maricones que van a hacer en tu casa. Y para que
lo sepas, tu amiga me contó que querías ser mi jeva y antes de que me lo
preguntes te digo que No. No voy a ser novio tuyo. No me gustas. Eres fea y asquerosa.
A mí la que me gusta es Jessica, porque ya
se le notan las tetitas y a mí me gusta mirárselas y tocárselas hasta que
siento que se me para y tú ni siquiera tienes de eso. Para mí que tu eres
hemafrodita como la Lady Gaga esa que tanto te gusta. Jajaja. Anda Amelia, a que no me enseñas tu pinguita. Jajajajaja.
_... Eso son embustes… Yo no
estoy enamorada de ti… Y si no tengo tetas es porque… que te importa eso a ti…
_Nena, la embustera eres tú,
porque tu amiga me enseñó TODOS los mensajes que le escribías de mi. Arranca
pal’ carajo y no me jodas más.
Sin darme cuenta todos los
estudiantes de mi clase estaban alrededor de nosotros dos. Las risas se
esparcieron junto con el chisme. El acontecimiento del día. Porque se convertía
en un evento histórico, casi épico el día que Lucas pasmaba a una de las
tontas que se atrevían a declararle su amor. Como le hizo a Joan el día de su
cumpleaños. Ella había venido bien arreglada a la escuela. La maestra de Bellas
Artes le había preparado una fiestecita y Lucas se la arruinó. Sus amigos le
fueron con el chisme de lo que había escrito en el baño de las nenas sobre
él. Desde ese día ya no la llaman por su nombre, sino que le gritan donde
quiera que la ven "ahí va La puerca de Juan Bobo”. Pobrecita de mí. Me pregunto
cómo me llamaran mañana. Que tendrá que pasar para que lo
de hoy se borre de sus mentes. Ojalá tuviera el poder de
hacerlos olvidar.
Me sentí como basura. Aguanté las
lágrimas lo mejor que pude. Todos me miraban, todos se burlaban de mí. Estaba
paralizada, oprimiendo los juegos de video con fuerza. Sonó el timbre. El
tiempo de la disputa se me había hecho eterno. Cuando todos se fueron, pude
entonces caer de rodillas y llorarme en silencio. Uno de los conserjes que se
paseaba por allí me vio. “Beba, ¿Estás bien? Ven, vamos a la oficina”. Pero
antes de ir para allá, le dije que me acompañara al salón a recoger mis cosas,
por si acaso había estudiantes allí y empezaban a molestarme de nuevo. En el
trayecto no bosticó palabra y cuando llegamos a la oficina no dio detalles de
la desgracia que presenció. Me dejó allí, pero antes de irse posó su mano sobre
mi hombro a modo de consuelo. La secretaria le anunció mi llegada al director.
Tuve que mentirle. Le dije al hombre que me sentía mal. Que me había llegado
por primera vez la regla y que quería irme para mi casa. El comprendió y llamó
diligentemente a mi padre al trabajo porque en casa no había nadie. Mientras lo
esperaba, tuve que ir al baño a desperdiciar un tampón. Junto a las toallas
ensangrentadas que estaban esparcidas en el zafacón, dejé caer los juegos de
video que diligentemente había preparado para Lucas.
Aborrecí la cara que puso mi
padre cuando llegó a la escuela. ‘’Ohh, ahí viene la nueva mujercita de la
casa, pasaremos a la farmacia para comprar lo que mi princesita necesite’’. Le
dije que no necesitaba nada. Que me llevara directamente a casa. Mi madre ya
había llegado y estaba dándole los toques finales al salón de fiestas. ‘’Mi
amor, pero si no es para tanto. Mira como traes esos ojitos tan hinchados. No tenías
porque asustarte. Awww, mi bebita consentida. No entiendo por qué te me pusiste
así, si ya hemos hablado del tema”.
_No lloré por eso y es mentira
que me bajó la regla. Lo que pasó fue que… tuve una pelea con Ana Sofía y no
quería verla, así que inventé eso para que el director me dejara ir temprano.
_Sabes que no nos gusta que
mientas. Pero bueno, anda y descansa. Ya te ayudaremos con lo de Ana Sofía.
Duerme un rato para que esos ojitos se desinflamen. Recuerda que hoy es lo de
tu hermano y a él no le gusta verte llorosa.
_OK.
No quería ver a nadie. Me encerré
en el baño a odiarme por un rato. Luego me tuve un poco de compasión y
volví a llorar de nuevo. Le doy asco, soy fea. Que estúpida fui. El tan cabrón y yo tan
idiota que daba todo por ganarme su amor. Maldita sea. Pues… vamos a hacer que sus palabras
cuenten.
_Amelia… Amelia. ¿Puedo pasar? Es
que dejé la afeitadora tirada y sabes cómo se pone tu madre cuando hago eso…
_¿No te vas a ir a trabajar?
_No cariño, pedí la tarde libre.
Los asuntos urgentes los voy a resolver desde aquí.
_Ehhh… Entra.
_¡PERO NIÑA QUE CARAJO TE HAS
HECHO? QUE ES LO QUE PASA CONTIGO HOY. ALEJANDRA…ALEJANDRA, MIRA LO QUE ESTA SE
HIZO EN EL PELO.
_QUEEEEEEE… ¿CÓMO PUDISTE?
_... Es… es que como está la
campaña de las cabecitas rapadas y ustedes insisten en que hay que apoyar las
causas sociales…
Vi en cámara lenta como la mano
de mi madre se estrellaba contra mi cara.
_Alejandra por Dios Santo, así no
es cómo resolvemos los problemas en esta familia.
_ Pues vamos a tener que empezar
a resolverlos así Armando. Es que no entiendo. No entiendo. Todo estaba bien
hace dos horas y mira, ahora a esta le dio por imitar a la Britney Spears. Qué
vamos a hacer.
_No lo sé… Me parece que llegó alguien.
_Debe ser el del delivery. Como
estoy preparando lo de esta noche, pedí algo ligero para comer en la tarde. Vamos a recibirlo.
Y tú, ponte uno de esos gorros ponkos que colecciona tu hermana en la cabeza,
pero antes limpia bien este desastre.
La decepción de mi padre era
evidente y cuando mi madre salió, el se quedó y terminó de afeitarme bien la
cabeza.
_Por lo menos ahora estas más
presentable. Más tarde hablaremos de esto señorita. Por ahora enfoquémonos en
lo de tu hermano ¿sí? Con pelo o sin pelo te sigo amando igual.
El que llegó no fue el del delivery, sino mi
hermano. Sin Yamil.
_¿Por qué llegaste tan temprano
hijo? ¿Esas maletas? ¿Dónde dejaste a Yamil?
_El no vendrá. Esta mañana decidimos separarnos.
_Pero que les dio a ustedes hoy
por jodernos la vida a mí y a su padre coño.
_Qué pasa. ¿Qué se tatuó ahora
Andrea?
_ No, si no es Andrea. Anda y
échale un ojo a Amelia. Mas tarde hablaremos de tu asunto. Ven conmigo
Alejandra, estas muy alterada. Así no podremos resolver nada.
_¿Amelia? Pero qué gravedad puede
ocasionar una niña de 10 años.
_Míralo con tus propios ojos.
Antonio se veía desgastado, más
flaco, más viejo. Me habló con calma, despacio.
_ ¿A qué se debe el nuevo look?¿Por qué te hiciste eso?
_No sé. Hoy fue un día malo.
_Pero si apenas ha comenzado. Que
puede perturbarte a ti. Tan chiquita, tan llena de vida. De Andrea lo hubiese
esperado, ¿pero de ti?
_Quizás me pasó lo mismo que te
pasó a ti con Yamil.
_Cómo lo mismo.
_No quiero hablar del tema. Para
que lo sepas, papi y mami les tenían una fiesta sorpresa.
_Algo así me imaginaba. Por eso
vine temprano. Ellos le dan mucha importancia a las fechas.
_Papi me dijo que el salón había quedado
brutal.
_Por qué no me lo enseñas.
Cuando abrimos la puerta no reconocimos el
lugar. Había arreglos florales, lucecitas parpadeantes y candelabros por todos
lados. Las mesas se arrinconaban cerca de las paredes, dejándole un cómodo
espacio a los que quisieran bailar. El equipo de música ya estaba instalado. Andrés
se dirigió a él.
_A la verdad que mami se botó…
_Antonio... hoy me rompieron el
corazón.
_No te preocupes, desde hace
algún tiempo a mí también. ¿Quieres bailar un rato?
_Claro...
Me abracé a su cuerpo y como no
sabía bailar, el dejó que me subiera a sus pies. Comenzamos a movernos.
Baila
baila corazón
agárrate fuerte a mi
no me sueltes por favor
baila dulce
en mi habitación
apriétame la cintura
toma mi cuerpo
y baila dulce
Mientras bailábamos me quitó el sombrero que
mi madre me obligó a ponerme y acarició mi cabeza desnuda. Ambos comenzamos a
reírnos a carcajadas y sin querer un llanto amargo estalló en nuestras
gargantas. Sentí lástima por él, sentí
lástima por mí. Me sentía enferma por los dos.
Más que grande que grande
Más cielo que el cielo
El amor es tanto que al final da
miedo
Más profundo y puro que los
sentimientos
El amor te mata, de puro sincero
Cariñosamente me dio un beso en la frente y entre
sollozos me hizo prometerle que jamás me haría daño por alguien, que eso no valía
la pena.
_¿Qué te pasó con Yamil?
_Es complicado… Quiere cambiarse
de sexo. Después te explico… Sigamos bailando…
Andrea terminó teniendo la razón. De ahora en adelante procuraré aprender más de ella. Pero lo difícil no será soportarla, sino fingir ante el mundo que aun creo en el amor. Antonio y yo seguimos
bailando, como si se hubiera abierto un paréntesis de calma en medio de nuestra pesadilla. Pretendimos que aquella vieja canción era eterna. Pero duró poco,
como todo lo bueno.
Vamos a bailar
Abrazaditos como ángeles
Volar, volar
En un rincón de la ciudad
Vamos a morir
Como dos héroes anónimos
Mirando al mar y sin saber lo que
decir…
viernes, 30 de marzo de 2012
OCTUBRE
Me sabes a arboleda de pinos,
Me sabes a aguacero fresco,
a hojas incendiadas de pasión y melancolía.
Me sabes al sueño tibio de mi almohada,
Me sabes a frío,
a tardes desnudas,
me sabes a días de sol.
Me sabes a café con leche,
Me sabes a la sombra de un buen libro,
al abrigo de canciones tristes,
me sabes a despedida.
Me sabes a cariño,
me sabes a noches eternas,
a carcajadas absurdas,
me sabes a misterio.
Me sabes a multitudes,
me sabes a azúcar,
al atrevimiento de caricias tímidas y húmedas.
Octubre...Octubre,
por qué me sabes tanto a mí.
Por qué no fueron tus manos y sí las de Enero,
las que abrieron de par en par las piernas de mi madre
para que yo sintiera por primera vez la luz del sol.
lunes, 20 de febrero de 2012
LO QUE TE CONTÉ MIENTRAS TE HACÍAS LA DORMIDA
Como todos los días 7, Mary salió
temprano de su casa a comprar las revistas que llegaban a la farmacia. Le
gustaba estar enterada de todas las novedades que ocurrían dentro y fuera del
país, aunque se especializaba en las excentricidades que se le ocurrían a las
celebridades, tanto así que decidió llevar un estilo de vida similar. Su
pasatiempo favorito era inculcarle sus locuras a todo el que podía. Su víctima
más reciente fue su cuñada, a cuya casa se dirigía después de comprar las
revistas en busca de noticias. Tocó a la puerta. Se tardaron en abrirle. Con
los pijamas aun puestos, Jenny se disculpó ofreciéndole una tacita de café.
Ambas se sentaron en el balcón que daba a la calle para charlar.
Mary: Esta mañana de camino a la
farmacia pasé por la casa de Cuki y cuando vi a la Pity tan quietecita a los
pies de su dueña, me acordé de ti y de tu cita con el taxidermista. Así
que vine para saber si ya te la han traído.
Intentando que la alegría disimulara un poco sus ojeras, Jenny le
contestó: ¡Esta madrugada me la entregaron!
Mary: ¿Y cómo reaccionó Paco cuando la
vio? Sus palabras no disimularon el rastro de impaciencia.
Como quien no quería abundar en el
asunto, Jenny le dijo: Pues… tú muy bien sabes que desde un principio no le
gustaba la idea, que para él la muerte no era un juego y que me iba a condenar
por dejarme arrastrar por tus locuras.
Al escucharla, el enojo de Mary se hizo
evidente. Antes de abrir la boca para reprimir el inesperado insulto, ahogó su
histeria estrujando las páginas de la revista que había comenzado a ver.
Mary: Que locura ni qué locura.
Simplemente te presenté la oportunidad de que no la perdieras para siempre. Eso
lo dice porque nunca la tuvo tan adentro como tú. Además, no me explico
desde cuando mi hermano se volvió tan espiritual. A la verdad que mi madre
tenía razón al decir que ese muchachito le había salido pendejo.
A Jenny no le gustaba que hablara así
de su marido, pero en el fondo reconocía que Mary tenía razón. Por eso hizo lo
que hizo.
Jenny: Ay pues tu sabes como es él. La
cosa es que me dijo hasta del mal que me iba a morir por dejarme llevar por las
modas, que ya ni respetaban lo sagrado.
Un poco más relajada, Mary le comentó:
Olvídate de los regaños de ese. Acaba y dime que te dijo cuando la
conoció.
Jenny contestó la pregunta cómo si
tratara de explicar los misterios que despertaba una obra de arte: Pues, al
principio le tuvo miedo. No se atrevía ni a tocarla. Pero después comenzó
a escudriñarla con cuidado y terminó adorándola tanto como Benito y yo. Para
decirte más, antes de irse a trabajar se la comió a besos. Es que quedó
preciosa.
Una sonrisa maliciosa se dibujó en el
rostro de Mary. Se sentía toda una triunfadora: Anda y dile al chico que me la
traiga. De seguro el trabajo debió de quedar mucho mejor que el de la Cuki, ya
que estamos hablando de otra especie.
Jenny: Benito…Benito…BENITO, tráeme a
la Beba para que Titi Mary la conozca.
Soñoliento, Benito le contestó: Ya voy
mami…
El silencio de la espera fue
interrumpido por un estruendoso CRACK.
Jenny palideció y su primera reacción
fue gritar: ¡BENITO, CUANTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE NO JUEGUES ASÍ CON TU
HERMANA!
A modo de consuelo, Mary replicó: Ay no
te preocupes por eso chica, tráela acá que yo me encargo. Creo que me queda un
poco de CRAZY GLUE en la cartera.
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